domingo, 24 de agosto de 2008

la vida es bella

lunes, martes, miércoles, jueves...viernes. crees que el fin de semana es diferente pero todo sigue igual. te levantas frotándote los ojos como cada mañana pensando que tienes el mismo sueño, los mismos problemas y las mismas preocupaciones. Piensas que todo eso se irá cuando lleguen las vacaciones, pasen los examenes, te compres ropa, vayas a esa exposición a la que querías ir. pero entonces, llegan, pasan, compras, vas y sigues levantándote con los ojos llorosos y una sensación de vacío acompañada del pequeño sabor que deja la esperanza de que lleguen de nuevo las vacaciones, pasen otra vez los examenes, compres más ropa o vayas a otra exposición. Pero de pronto, un día caminando por la calle, un pequeño empujón te despierta del sueño al que estabas sometida por la vida adulta. Un niño se aleja corriendo y comienza a girar y girar sobre si mismo mientras sus amigos lo observan emocionados. Y dejas de verlo para mirarlo, detenidamente, curiosa por esa carcajada sincera que hace tiempo no oías. Ríen como hace mucho que no reías, sin peros, sin qué pasará luego, sin envidias. sólo ríen, sin más. entonces lo miras y, mientras él gira, tus ojos se llenan de lágrimas y sonríes como ya no recordabas que pudieras hacerlo: sin más.

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